A través de diversas actividades que realizamos salieron muchas ideas como:
Paredes con dibujos, asientos reclinables para imaginar cosas lindas en las plazas, bicisendas en las veredas, canchas de fútbol y de volley, árboles para trepar, juegos arriba de los árboles, veredas lisas para patinar, veredas con baldosas con colores, hamacas paraguayas en los parques para descansar, etc.
Finalmente decidimos proponer el proyecto de la creación del laberinto ya que a partir de una charla entre todos sobre qué plazas del barrio nos divertían más, nos dimos cuenta que las plazas de nuestro barrio eran aburridas para nosotros, incluso una plaza que modificaron, le sacaron juegos para niños y a cambio pusieron cemento y mesas de ajedrez. Al ir creciendo, los juegos que hay nos parecen que son para nenes muy chicos y no para nosotros. Por eso en el Consejo de Niños armamos varias maquetas con todo lo que queríamos que tenga el laberinto, y fuimos explicando el recorrido para encontrar la salida.
“QUEREMOS PROBAR UN JUEGO DIFERENTE PORQUE TODOS LOS JUEGOS SON IGUALES”
Queremos un laberinto porque queremos perdernos y encontrarnos, usar la imaginación, la inteligencia, hacer nuevos amigos, para tomar decisiones por nosotros mismos. Tendríamos otra perspectiva, otra mirada de la vida porque al entrar en el laberinto nos olvidaríamos de lo que los padres nos prohíben hacer por ej: gritar fuerte y esto nos permitiría sacarnos la rabia de adentro.
Pensamos en muchas características que queremos que tenga nuestro laberinto: con paredes movedizas, para que después de haber entrado y salido por él muchas veces, no nos sepamos de memoria la salida, y nos siga divirtiendo como el primer día, un tobogán adentro para que cuando te subas, te guíe al camino incorrecto, hamacas paraguayas, un árbol-torre para poder ver desde arriba la salida si estás cansado, un salón de besos, que haya caminos con puertas y que tengas que buscar la llave correcta para poder encontrar la salida, que las paredes sean de cemento, de goma, de arbustos, o que simplemente puedas dibujar en las paredes, que haya un “cono del silencio” para poder gritar y que los demás no te escuchen, que tenga sogas para trepar, obstáculos para superar, que sea gratuito y publico (y para todas las edades), botones de “ me rindo” en las paredes.
Queremos un laberinto para dejar de estar enojados tristes y aburridos, porque al tener la diversión del laberinto, tendríamos lo que necesitamos.
Nosotros somos los consejeros de caballito y almagro, trabajamos en un proyecto para crear un laberinto que esté en alguna plaza de la ciudad.
A través de diversas actividades que realizamos salieron muchas ideas como:
Paredes con dibujos, asientos reclinables para imaginar cosas lindas en las plazas, bicisendas en las veredas, canchas de fútbol y de volley, árboles para trepar, juegos arriba de los árboles, veredas lisas para patinar, veredas con baldosas con colores, hamacas paraguayas en los parques para descansar, etc.
Finalmente decidimos proponer el proyecto de la creación del laberinto ya que a partir de una charla entre todos sobre qué plazas del barrio nos divertían más, nos dimos cuenta que las plazas de nuestro barrio eran aburridas para nosotros, incluso una plaza que modificaron, le sacaron juegos para niños y a cambio pusieron cemento y mesas de ajedrez. Al ir creciendo, los juegos que hay nos parecen que son para nenes muy chicos y no para nosotros. Por eso en el Consejo de Niños armamos varias maquetas con todo lo que queríamos que tenga el laberinto, y fuimos explicando el recorrido para encontrar la salida.
Queremos un laberinto porque queremos perdernos y encontrarnos, usar la imaginación, la inteligencia, hacer nuevos amigos, para tomar decisiones por nosotros mismos. Tendríamos otra perspectiva, otra mirada de la vida porque al entrar en el laberinto nos olvidaríamos de lo que los padres nos prohíben hacer por ej: gritar fuerte y esto nos permitiría sacarnos la rabia de adentro.
“ENCONTRAR COSAS RARAS ES DIVERTIDO”
Pensamos en muchas características que queremos que tenga nuestro laberinto: con paredes movedizas, para que después de haber entrado y salido por él muchas veces, no nos sepamos de memoria la salida, y nos siga divirtiendo como el primer día, un tobogán adentro para que cuando te subas, te guíe al camino incorrecto, hamacas paraguayas, un árbol-torre para poder ver desde arriba la salida si estás cansado, un salón de besos, que haya caminos con puertas y que tengas que buscar la llave correcta para poder encontrar la salida, que las paredes sean de cemento, de goma, de arbustos, o que simplemente puedas dibujar en las paredes, que haya un “cono del silencio” para poder gritar y que los demás no te escuchen, que tenga sogas para trepar, obstáculos para superar, que sea gratuito y publico (y para todas las edades), botones de “ me rindo” en las paredes.
Queremos un laberinto para dejar de estar enojados tristes y aburridos, porque al tener la diversión del laberinto, tendríamos lo que necesitamos.